Se publica Escritos (Galaxia Gutenberg), entrevistas
y reflexiones de Marcel Duchamp sobre su trabajo, semblanzas de sus
contemporáneos y entradas en un diario inconcluso. Estos son algunos de losextractos que publica el periódico:
Sobre los ready mades
“En 1913 tuve la feliz idea de fijar una rueda de bicicleta
sobre un taburete de cocina y de mirar cómo giraba. Unos meses más tarde, compré
una reproducción barata de un paisaje de atardecer invernal, que llamé
Pharmacie [Farmacia] tras haberle añadido dos breves toques, uno rojo y el otro
amarillo, en el horizonte. En Nueva York, en 1915, compré en una quincallería
una pala de nieve sobre la que escribí: 'En previsión del brazo roto' (In
advance of the broken arm).
Fue por esa época cuando se me ocurrió la palabra ready-made
para designar esta forma de manifestación. Hay un punto que quiero establecer
muy claramente y es que la elección de estos ready-mades nunca me vino
dictada por ningún deleite estético. Esta elección se basaba en una reacción de
indiferencia visual, adecuada simultáneamente a una ausencia total de buen o
mal gusto... de hecho una anestesia completa.
Otro aspecto del ready-made es que no tiene nada de
único... La réplica de un ready-made transmite el mismo mensaje; de
hecho casi todos los ready-mades que hoy existen no son originales en el
sentido usual del término. Una última observación para concluir este discurso
de egomaníaco: como los tubos de pintura empleados por el artista son productos
manufacturados y ya hechos, debemos concluir que todas las telas del mundo son ready-mades
ayudados y trabajos de acoplamiento”.
“El Futurismo era un Impresionismo del mundo mecánico.
Era la continuidad directa del movimiento impresionista. Eso no me interesaba. Yo
quería alejarme del acto físico de la pintura. Estaba claramente más interesado
en recrear ideas en la pintura. Para mí el título era muy importante. Me
dedicaba a poner la pintura al servicio de mis objetivos, y a alejarme de la
fisicalidad de la pintura. Para mí Courbet había introducido en el siglo XIX la
influencia del aspecto físico. Yo me interesaba en las ideas y no simplemente
en los productos visuales. Quería volver a poner a la pintura al servicio de la
mente. Y, por supuesto, mi pintura fue inmediatamente considerada intelectual, literaria”.
“Joan Miró, pintor. Miró artista alcanzó su mayoría
en el momento de terminar la
Gran Guerra. Con el fin de las hostilidades llegó la
terminación de todos los nuevos conceptos artísticos de antes de la guerra. Un
joven poeta ya no podía empezar como cubista o futurista, y Dada era por
entonces la única manifestación de importancia. Miró comenzó pintando escenas
agrícolas del campo barcelonés, su país natal. Aunque realistas en apariencia, estos
primeros cuadros se caracterizaban por un sentido notorio de intensidad irreal.
Años más tarde, fue a París y se encontró entre los dadaístas que efectuaban
por esa época su transmutación hacia el Surrealismo. Pese a tales contactos, Miró
se mantuvo al margen de cualquier influencia directa y expuso una serie de
temas donde la forma se hallaba sometida a un cromatismo acentuado y expresaba
una nueva cosmogonía bidimensional, sin relación alguna con la abstracción. Realizó
asimismo algunas construcciones en relación directa con el Surrealismo, pero el
juego de elementos coloreados entre sí sería lo que mejor exteriorizaría su
verdadera personalidad”. (M. D., 1946, recogido en Sociedad anónima).
“Pablo Picasso, pintor, escultor, grafista, escritor.
El solo nombre de Picasso encarna la expresión de un pensamiento nuevo en el
reino de la estética. Entre 1905 y 1910, Picasso, inspirado por las esculturas
negras primitivas recientemente introducidas en Europa, llegó incluso a
rechazar la herencia de las escuelas impresionista y fauve y a liberarse
de cualquier influencia inmediata. La principal contribución de Picasso al arte
habrá sido partir de cero y mantener esa frescura con respecto a todos los
nuevos modos de expresión que marcarán las diversas épocas de su carrera. El
Cubismo, en sí, fue un movimiento artístico en cuyo interior Picasso se limitó
a ser un pionero. Nunca se sintió obligado a desarrollar una teoría del Cubismo,
pese a haberla elaborado él mismo. Picasso, en cada uno de sus estilos, ha
subrayado su intención de liberarse de todas las realizaciones anteriores. Una
de las diferencias más importantes entre Picasso y la mayoría de sus
contemporáneos, es que, hasta hoy, jamás ha manifestado ninguna señal de
debilidad o de repetición en su caudal ininterrumpido de obras maestras. La
única orientación permanente en su obra es un lirismo agudo, que, con el tiempo,
ha adquirido crueles acentos. De vez en cuando, el mundo se busca una
personalidad sobre la que descansar ciegamente –una adoración de esta índole
puede compararse a una vocación religiosa y sobrepasa el razonamiento. Hoy en
día miles de partidarios de las emociones artísticas sobrenaturales se vuelven hacia
Picasso, quien jamás los defrauda”. (M. D., 1943, recogido en Sociedad anónima).
(Aire de París)
A finales de... 1919, volví a América y, queriendo llevar un
regalo a mis amigos los Arensberg, le pedí a un farmacéutico parisino que
vaciara una ampolla de cristal llena de suero y que la volviera a precintar. Esta
es la preciosa ampolla de 50 cm. cúbicos de Aire de París que llevé a los
Arensberg en 1919.
Duchamp, entrevistado por James Johnson Sweeney en 1956.
J. J. S. – Este divorcio, esta liberación de toda
intervención humana en la pintura y el dibujo, ¿acaso tienen alguna relación
con el interés que usted mostró por los ready-mades?
M. D. – Naturalmente, fue mi intento de sacar una conclusión
o una consecuencia cualquiera de esa deshumanización de la obra de arte lo que
me llevó a concebir los ready-mades. Tal es, como usted sabe, el nombre
que di a esas obras, que en realidad ya están hechas. He aquí por ejemplo mi ready-made
Cage d’oiseau [Jaula de pájaro]: intente levantarla, es demasiado pesada, pues
esos cubos blancos que hay dentro y que parecen terrones de azúcar son en
realidad cubos de mármol. Es un ready-made en donde el azúcar se ha
vuelto mármol, creando un efecto en cierto modo mitológico. Mire ahora un ready-made
que data de 1916. Es un ovillo de cordel entre dos placas de cobre. Antes de
que lo hubiera terminado, [el amigo y coleccionista de arte] Walter Conrad
Arensberg metió algo en el interior del ovillo, sin decirme lo que era, y por
mi parte nunca intenté saberlo. Era una especie de secreto entre nosotros y, como
producía un ruido, llamamos al objeto Ready-made à bruit secret [Ready-made
con ruido secreto]. Escúchelo. No sé, no sabré nunca si es un diamante o
una moneda.
(…)
M. D. –He aquí una pieza que se remonta a la época Dada, la Gioconda adornada con
bigote y perilla. Era por mi parte un gesto iconoclasta y violentamente...
J. J. S. – ¿Sacrílego?
M. D. – Sacrílego, blasfemo, todo lo que usted quiera. Pero,
además de éste, me quedan del período Dada otros «gestos» del mismo género. Por
ejemplo, este cheque desmesurado. Pagué a mi dentista por medio de este
instrumento que yo mismo había dibujado, y que estaba emitido por un banco
inexistente. ¡Y lo aceptó! Lo más curioso es que diez o quince años más tarde, volví
a ver a mi dentista y le compré mi cheque para mi colección personal.
Mire ahora la martingala que concebí para hacer saltar la
banca de la ruleta de Montecarlo. ¡Naturalmente, la banca sigue en pie! Pero yo
creía haber encontrado un sistema. De modo que emití acciones que luego vendí a
diversas personas a fin de constituir un capital destinado a explotar este
sistema.
J. J. S. – ¿Llegó a ganar algo?
M. D. – Jamás... Por otra parte, como ya sabe, lo que me
interesa es el lado intelectual de las cosas, aunque no me guste el término de
«intelecto» demasiado seco, demasiado desprovisto de expresión.
Me gusta la palabra «creer». En general, cuando alguien dice
«sé», no se sabe, se cree. Creo que el arte es la única forma de actividad por
la que el hombre como tal se manifiesta como verdadero individuo. Sólo gracias
a ella puede superar el estadio animal, porque el arte es una salida hacia
regiones donde no dominan ni el tiempo ni el espacio. Vivir es creer; al menos
es lo que yo creo.