De Laurent Binet en su HHhH

Los
Einsatzgruppen, una vez metidos en faena, procedían siempre más o
menos de la misma manera: hacían cavar una gigantesca zanja, llevaban allí a
centenares e incluso a millares de judíos o de supuestos opositores recogidos
de las ciudades o de los pueblos circundantes, los alineaban en el borde y los
ametrallaban. En ocasiones, los ponían de rodillas para dispararles un tiro en
la nuca. Pero la mayoría de las veces ni siquiera se molestaban en comprobar si
todos estaban muertos, y unos cuantos llegaron a ser enterrados vivos. Algunos
sobrevivieron, protegidos debajo de un cadáver, medio muertos ellos mismos,
mientras esperaban que cayera la noche para subir a la superficie escarbando en
la tierra bajo la que estaban sepultados (pero esos casos fueron verdaderamente
milagrosos). Varios testigos han descrito el espectáculo de esos cuerpos
amontonados los unos sobre los otros, cual masa hormigueante de la que se
escapaban los gritos y los gemidos de los que agonizaban. Las zanjas eran
cerradas de nuevo inmediatamente. En total, con este método primitivo, los
Einsatzgruppen liquidaron alrededor de un millón y medio de
personas, judíos y otros, pero sobre todo judíos.
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